Bosque de pinos.

Spoiler:

Área del bosque completamente de pinos de entre 15 y 20 metros de altura ubicado afuera de los limites de la aldea dentro del gigante bosque de Konoha. En los inviernos, se vuelve una zona helada, repleta de nieve. Por las tardes se puede apreciar los hermosos rayos del Sol entre los grandes troncos.

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Era ya casi de noche, los enorme pinos se alzaban hasta el cielo como si no tuvieran fin. Apenas acababa de entrar en aquella zona, espadas en mano, dispuesto a practicar durante un buen rato con aquellos pinos.

-Este es un buen lugar.

Clave ambas espadas en el suelo, comenzando los estiramientos del cuerpo para tener el cuerpo preparado para lo que pensaba hacer durante un buen rato, o al menos hasta ya no poder más.

-Bueno, comencemos con mejorar la velocidad.

Tome ambas espadas y me acerque a un tronco. Pensaba practicar aquellos giros para que cada vez fueran más rápidos y hubiera más posibilidad de golpe. Suponía que los troncos podrían aguantar un buen número de golpes, aparte no pensaba usar el chakra por el momento.

Caí al suelo, con poco aliento y ambas espadas en la mano. Ya era de noche, había una luna casi completa, pero solo pequeñas partes de ella se veían a través de los grandes pinos que la tapaban.

Me había quedado sin aliento debido al continuo esfuerzo que había estado haciendo para rotar sobre mi mismo y continuar dando cortes al árbol con ambas espadas al mismo tiempo.

-Soy muy lento aún.

Me levanté con algo de dificultad. A pesar de llevar un buen rato haciendo los mismos giros, y de vomitar un poco por el mareo, seguía siendo demasiado lento. Sabía que sería imposible que alcanzara la velocidad Sei, pero cuando menos debía conseguir la suficiente velocidad como para sorprender a un gennin o incluso a un chunnin.

Continué haciendo los mismo giros, deteniendome de vez en cuando al sentirme mareado.

Un crujido sonó de repente, segundos después, el árbol había caído al suelo con brusquedad, dañando a otros con sus ramas y dejando que la luna se viera en aquel minúsculo hueco que se había formado entre los árboles.

Había alcanzado a quitarme al escuchar el crujido, dando un par de saltos y quedando pegado a un árbol que se encontraba lejos del árbol que caía debido a los continuos cortes que había hecho sobre la base de su tronco.

-Pasemos a lo siguiente.

Me acerqué al tronco del árbol que se encontraba en el suelo y, con ambas espadas, le dí un corte en diagonal de arriba a abajo. Cuando ambas espadas impactaron con el árbol, aproveche la fuerza usada para hacer un pequeño salto para quedar al otro lado de este. Una vez del otro lado, gire sobre mi propio eje, quitando ambas espadas del tronco y volviendo a hacer el primer paso.

Pensaba practicar con las espadas durante buena parte de la noche.

Se oían los aullidos de los lobos por lo tarde que era. Calculaba que ya faltaban un horas para que amaneciera, quizas 5 o 6 si tenía suerte. El tronco del árbol estaba cortado en 3 partes, debido al número de veces que había hecho los mismos cortes en dos zonas diferentes del árbol.

Suspiré mientras me sentaba sobre el pobre árbol que había tenido el destino de morir para que yo fuera un mejor shinobi. Clave ambas espadas aun un lado de mí, en el árbol.

-Creo que esto fue más para fuerza que para velocidad, pero al menos soy un poco más rápido con los giros.

Me levante, espadas en mano, y me dirigí hacia otro árbol para seguir practicando los giros durante un rato más. Tan solo esperaba no desmayarme por el esfuerzo.

-Su...ficiente...

Estaba suspirando, sin poder seguir girando a causa del tremendo cansancio que había sufrido durante la noche. Ya estaba amaneciendo, dejando que algunos de los rayos del Sol pasaran a través de los pinos.

-Lindo

El árbol en frente mío tenía muchas cortadas, unas más profundas qque otras, pero ninguna lo suficientemente profunda como para que el árbol se cayera, de hecho, ni siquiera estaba cerca de caer.

Tomé mis cosas y me fui a mi departamento. Debía de descanzar un par de horas para el entrenamiento de Sei.