Zona cerca del lago

Seishin se levantó, acercandose a Umi para revisar las heridas. No era nada demasiado grave, pero podría infectarse.

-Podrías acercarte al hospital, como consejo, es decir, si no quieres tener unos dolores bastante feos mañana. En cuanto a que hacer... Mañana comenzaremos un entrenamiento conjunto, para ir de misiones. Dedicaremos parte del tiempo al entrenamiento individual de cada uno, pero nos quiero trabajando como equipo cuanto antes posible.

-Me parece bien, Sei-sensei.-Dije mientras me acercaba a los ninjas.- Sei-sensei, yo seguiré entrenando un poco por el momento.

Me acerqué a un árbol y comencé a practicar los habituales giros con ambas espadas. Aquel combate había servido para comprobar que tan rápido era en esos momentos. Aún me faltaba más.

-No has comprobado algo con ese chico.-Dijo el Nibi.-No era un desafío. Cuando llegué el momento, comprobarás si de verdad has mejorada...O si eres otro gennin común y corriente.

Quizás el Nibi tenía razón, necesitaba un reto algo mayor, pero no por el momento. Aún no estaba listo.

Los cortes en el árbol se hacían cada vez más profundos a medida que las espadas golpeaban la madera. Los giros y la velocidad de los cortes mejoraba con el tiempo y la practica. Quizás la velocidad aún no podía compararse con la de un chunnin, pero podía estar seguro de que le causaría problemas a cualquier gennin.

Terminé de hacer el último golpe con ambas espadas, concentrando una buena cantidad de fuerza en un punto exacto, más la velocidad, lo cual terminó por dejar atascadas ambas espadas en la madera.

-Suficiente por hoy.

Destrabé ambas espadas y las guardé. Estaba comenzando a hacer algo tarde, por lo que me despedí del Jounnin y el peliblanco y me dirigí a la aldea.