Casita de Rui

No tarde mucho en llegar a mi hogar en un edificio de apartamentos después del entrenamiento con Sheishin, ubicado cerca del edificio que albergaba la oficina del kage y de los jounnins de la aldea.

Era un apartamento pequeño, con una mini sala que se veía al entrar, que daba a una cocina, un baño y una habitación pequeña con tan solo una cama y un armario.

Deje ambas espadas en el sillón de la sala y me dí un un largo baño. Quizás pasaron unos 45 minutos antes de que saliera del baño, ya vestido y con una enorme flojera y cansancio.

Me limite a irme a mi habitación y recostarme en la cama a dormir un bueeeeeeeeen rato. Tan solo pasaron 2 minutos antes de caer en un profundo sueño, donde estaba en una habitación color negro y morado en donde había una jaula en frente mío y albergaba a un gato.

-Ha llegado la hora de jugar...-Dijo aquel espeluznante gato morado con rayas negras.

Desperté de golpe de aquel sueño, casi cayendome de la cama por el susto que me había llevado. Parecía que habían pasado un par de horas, quizás e incluso ya seria medio día.

-Ya me empieza a molestar esa clase de sueños, Gato.-Dije al aire mientras me levantaba de la cama e iba a la cocina por una bebida.-Sabes...Me gustaría dejar de ser el ratón.

-Los deseos no siempre se cumplen...-Dijo el gato con un tono de reproche.

Tan solo termine mi bebida, fui al baño, hice mis necesidades personales y fui a la mini sala, especificamente al sillón para recoger las espadas gemelas que reflejaban los pocos rayos de luz que entraban por un paqueña ventena junto a la puerta de la habitación.

Cuando me asegure que todo estuvo listo, me marché. Iba a ver si Sheishin estaba dispuesto a acabar la segunda mitad del entrenamiento.

No había tardado mucho en regresar al departamento después de la "diversión" en el lago con Sei-sensei y los toboganes. Tenía algo de tos, probablemente era un inicio de catarro.

-Maldito frío.-Dí un leve estornudo.-Por esto tampoco me quería meter al agua fría.

Me duche con agua algo caliente, seguido de ir a la pequeña cosina y hacer un chocolatito caliente.

-Riiiiiiiiico, me guta -w- .-Me tire en el sofa, alzando la cabeza y viendo hacia el techo, con una cara de pereza que difícilmente podría ser superada.-Me pregunto, ¿Quienes seran los otros Jinchurikis? ¿Que Bijuu tendrán?

Tenía conocimiento sobre 4 de los Bijuus gracias a los viajes que había hecho antes del suceso en Kirigakure. Nibi por obvias razones, Hachibi por la vez en que había visitado un templo en Kumogakure, el Ichibi por una ocasión en la que Sunagakure había sido atacado por este y había casi matado a su Kazekage y Yonbi por rumores que había escuchado en Kumogakure. Sin embargo, sabía muy poco sobre las otras 3 criaturas, de hecho, casi nada, Tan solo su número de colas y, en el caso del Ichibi, su habilidad sobre la arena.

Desperté con una tos leve. Parecía qque me había dormido, para mi suerte, ya me había acabado el chocalate caliente antes de caer en aquel sueño profundo. La taza se encontraba en el suelo, rota en diversos pedazos y con algunas gotas derramadas en el suelo.

Recogí los pedazos de la taza y sequé la zona mojada por las minúsculas gotas de chocalate.

-Fue un rico sueñito =w=

Me moje la cara para despertar completamente y me cambie para salir. Tome ambas espadas y las puse en sus fundas localizadas en mi espalda de forma cruzadas.

Salí de la casa, dirigiendome a entrenar a algún lugar. Sabía que los entrenamientos eran más efectivos con Sei, pero no todo el tiempo iba a entrenar con el.

Entré al lugar bastante cansado y adolorido, aunque realmente no había hecho gran cosa, más que practicar con la espada y mi velocidad con ella. Dejé ambas espadas en el sofa, tomé una ducha y me metí a la cama.

-Esperemos que hoy también sea un buen día...

Una risa resonó por mi cabeza. Era gatuna, algo aterradora, fuerte y que dejaba ver lo gracioso que le parecía lo que había dicho al Nibi. A veces, no era muy placentero tener a un demonio en el cuerpo.

-Hoy sera un día muuuuuuy interesante, chico.-Dijo entre carcajadas.-Algo se acerca, probablemente no muy fuerte, pero puedo sentirlo, es algo que impondra un reto. Quizas hasta los Jounnins entraran en acción...Sera divertido.

Me desperté después de algunas horas de sueños en donde hablaba con el gato sobre nuestro posible futuro. Recordaba bastante bien la plática.

*En el sueño

-Vas a llegar a Chunnin... si.-Decía el gato que estaba sentado cual perro en frente mío y movía su cola de un lado a otro.-Vas a llegar a Jounnin... NO.

-Gracias por las esperanzas...

-De nada.-Dijo entre risas.-Es más, sin mi habilidades, no podrías hacer un sin fin de cosas ahora. Te consta.

-Sin mí, ahora estarías en manos del Mizukage de Kirigakure siendo usado para algo o como un simple trofeo.-Dijo con una sonrisa maliciosa.-Así que deja de fregar.

Antes de despertar, pude ver que el rostro del Nibi ponía una mueca de molestia por la realidad de aquello y se marchaba, desvaneciéndose entre una espesa niebla.

*En la realidad

Tomé una ducha para despertar completamente, comí algo de fruta y fui por mis espadas. Iría al lugar donde entrenábamos siempre, quizás Sei ya se encontraba ahí.